Género: Su función y orígenes
Base Material
Antes de discutir que debe hacerse, debemos saber que es. Como siempre, el lugar apropiado por el cual empezar a entender un sistema social, es su base material. Las relaciones materiales que producen a un sistema social proveen el mejor fundamento para entender el mismo sistema.
Las relaciones materiales son las relaciones de producción. Es decir, la forma en la que nos relacionamos a las varias formas en que trabajamos y lo que producimos. Todo en la sociedad está basado en estas relaciones de producción y estas producen todos nuestros sistemas sociales.
¿Dónde yace, pues, la base material del género? El género se produce principalmente por la división del trabajo reproductivo. El trabajo reproductivo es cualquier trabajo que ayuda a producir la siguiente generación, incluyendo cópula, parto, crianza y tareas domésticas y el género se define por como este trabajo se divide entre las diferentes clases, donde los diferentes géneros son las clases que tienen la expectativa de realizar diferentes tareas dentro del trabajo reproductivo.
Lo que determina como los géneros varia de una cultura a otra es como se reparten estas tareas entre ellos. Las características particulares producidas por esto son conocidas como la superestructura. Así, aunque el género es producido por su base material, también involucra una amalgama de estereotipos, formas de vestir, registro lingüístico, y demás en su superestructura que diferencias como experimentamos nuestro género.
Esto aplica con todas las culturas. La gente Bugí de Indonesia, en vez de los dos géneros de nuestra sociedad, tienen cinco. Las personas calabai y calalai tiene características biológicas a las que se les ha asignado género masculino y femenino respectivamente, pero adoptan las tareas del trabajo reproductivo que se les asignan típicamente a las mukkunrai (equivalente a mujer) y los oroané (equivalente a hombre), lo que les otorga una clase social distinta. Más interesante aún, son lxs bissu, el quinto género, que cumple papeles ceremoniales especiales en prácticas religiosas y son descritxs como una mezcla de los otros cuatro géneros. Mientras que las mukkunrai y calabai realizan tareas del trabajo reproductivo típicamente femeninos como tareas domésticas y los orine y calalai realizan tareas típicamente masculinas como mantener a su conjugue, lxs bissu trascienden esto y se ocupan de sus propias tareas.
El sistema Bugi de genero muestra lo maleable que es el género a la vez que muestra un ejemplo excelente su base material. Los cinco géneros de la gente Bugi se distinguen por como el trabajo reproductivo se divide entre la gente Bugi y el resto es producto de esta división.
Nuestra cultura es diferente a la suya, pero ambas se basan en formas similares de dividir el trabajo reproductivo. Como se reparten estas tareas es lo que integra al género y el resto proviene de ahí.
Hablar de relaciones materiales frecuentemente lleva a hablar de las relaciones capitalistas como la base, pero esto no aplica con el género. Aunque el género y el capitalismo trabajan juntos y son parte del mismo orden social, no comparten la misma base material. Esto no significa que la base material del capitalismo no tiene ninguna relación con la del género, el trabajo reproductivo se necesita para producir nuevos trabajadores para la producción capitalista y la producción capitalista tiende a definir cuál es la naturaleza del trabajo reproductivo masculino.
Sexo y Genero
¿Si el género es una expresión de estas relaciones de producción y no de lo biológico, donde entra el sexo? Algunxs pseudomarxistas declaran que el sexo forma la base material del género, pero esto es una risible interpretación del materialismo histórico que centra a lo biológico por encima de las relaciones de producción. Lo biológico influye nuestra realidad, pero nuestros sistemas sociales tienen su base en nuestras condiciones materiales.
Pero, si el sexo es algo, y ese algo no es base del género, ¿qué es? Pues esta fórmula no está mal, solo está al revés. El género es la base del sexo. No nacemos con “sexo” dentro de nosotros. Tenemos penes, vaginas, senos, barbas, cromosomas, etc., pero estas cosas no son el sexo por sí mismas. Son características de nuestra biología, pero las agrupamos en sexos. Cuando nombramos a EL pene y LA vagina, estamos creando e imponiendo al género en el cuerpo.
Esto significa que el sexo es la asignación del género a nuestras características biológicas. Le asignamos genero a nuestra biología y declaramos que es innato. Esto se utiliza para mostrar al género como un sistema de clase natural que existe así nada más, no como un sistema social impuesto sobre nosotrxs. Al asignarle genero a nuestrxs cuerpos, damos por hecho el género en vez de cuestionar si fue algo que creamos. Por lo tanto, el sexo sirve para reforzar y defender el género.
Porque el sexo no es inherente, es un elemento de la superestructura del género y ha cambiado a lo largo del tiempo. Antes de que nuestro conocimiento anatómico nos llevara a comprender y asignarle genero a cosas como los ovarios, solo se podía asignar genero a características que se podían observar a simple vista, como los genitales. Más recientemente, se les ha asignado genero a los cromosomas porque se relacionan a características a las cuales ya se les había asignado género.
Pero los cromosomas no siempre han sido tratados de esta forma. Medio siglo atrás, nadie asignaría como macho a alguien que viera con senos y vagina, aunque sus cromosomas fuera XY.
El cambio se puede apreciar con un ejemplo de 1986, cuando la atleta española María José Martínez Patiño fallo una prueba cromatina sexual en las Olimpiadas de 1985 y fue rechazada por el Comité Olímpico Internacional, la prensa española y hasta su pareja por ser sexuada macho. Dos años antes, había pasado pruebas usadas con métodos anteriores que le otorgaron un “certificado de feminidad”, pero, por tener cromosomas XY, fallo la prueba cromatina. En épocas anteriores, nadie habría cuestionado su femineidad, pero gracias a la asignación de genero a los cromosomas, su cuerpo fue considerado macho y ella fue humillada y excluida
Imposición y Violencia Sexual
El género es el sistema de clases más antiguo y, por lo tanto, precede al estado aun en sus formas más básicas. Esto significa que, a diferencia del capitalismo, la raza, la neuronormatividad y muchos otros sistemas de clase, el estado no es la forma principal en la cual el género es impuesto sobre las personas. Esto no quiere decir que el estado no impone al género, pero para el momento en que los primeros estados estaban naciendo, el género ya se había solidificado y adaptado formas de imponerse.
¿Y cómo, si no con el estado, se impone el género? Con violencia sexual. Cuando observamos las estadísticas del tema, encontramos que los índices de violencia sexual son mayores hacia mujeres que hacía hombres y hacia gente cuir que hacía hombres heterosexuales. Algunas formas de violencia sexual son más prevalentes hacia mujeres heterosexuales que con mujeres cuir y otras son más prevalentes hacia mujeres cuir que hacía mujeres heterosexuales. Lxs personas trans sufren índices de violencia sexual mayores a las personas cis del mismo género que ellxs. Esto es una grotesca realidad que no debe ser descartada de ninguna manera.
Estos altos índices de violencia sexual son dirigidos principalmente hacia las clases bajas dentro del sistema de género. Hombres cis y heterosexuales están colocados por encima de mujeres y gente cuir y los hombres cis y heterosexuales tienen menos probabilidad de sufrir violencia sexual que mujeres y gente cuir, mientras que las mujeres y la gente cuir tienden a tener índices similares a la gente cuir. Esto muestra como la violencia sexual es utilizada principalmente contra aquellos relegados a las clases bajas y contra aquellos que divergen de las normas de genero impuestas.
La violencia sexual desempeña con mujeres y gente cuir el papel que la represión policial desempeña con muchos otros grupos. Es más, aunque la represión policial existe, frecuentemente esta está cargada de violencia sexual cuando se reprime a mujeres y gente cuir. Hacia la gente cuir en específico, la violencia sexual es frecuentemente utilizada explícitamente con la intención de corregir. Con frecuencia, la violencia sexual y particularmente las violaciones son usadas contra gente cuir con el objetivo de convertirlos en cis y heterosexuales. Este es el momento donde el papel de la violencia sexual es claro y explicito, pero siempre está para este propósito. Aun cuando la violencia sexual no ocurre explícitamente para este propósito, siempre está imponiendo el sistema dominante de género en su víctima.
Cuando esto ocurre con trabajadorxs sexuales, el efecto es aún más pronunciado. Lxs trabajadores sexuales se encuentran con dificultades al momento de acudir a las autoridades en todo el mundo y particularmente en las regiones donde su trabajo es penado por la ley. Su estatus legal y social lxs expone a violencia sexual sin socorro de o perpetuada por el estado de una forma que pocos grupos experimentan. Es fácil observar que lxs trabajadorxs sexuales son comúnmente mujeres y gente cuir, no hombres cis y heterosexuales. Esto no es un accidente, sino una canal donde la violencia sexual contra mujeres y gente cuir puede ocurrir impunemente.
El Binario de Género Moderno
Actualmente no hay ninguna sociedad sin género. Aunque hay múltiples variantes, todas han creado una división de la labor reproductiva que produjo un sistema de género. Estas sociedades han existido al menos desde las primeras civilizaciones desarrollaron los primero sistemas de escritura. El género es el primer sistema de poder desarrollado por la sociedad.
Pero estos eran sistemas, no un sistema y es el binarismo de genero moderno que ha sido impuesto a lo largo de casi todo el mundo. Algunos sistemas de género como clase aún existen, pero, en su mayoría, la llegada del orden social liberal como un orden social global, más allá de uno regional, ha producido un único sistema de género en donde el resto es visto como una perversión. Los sistemas de genero alternos de hoy en día son vestigiales y en tensión constante con el sistema global.
El sistema moderno es europeo, pero es uno que se creó durante y a través del colonialismo. Al expandir su poder por todo el planeta, los europeos entraban en contacto con otros sistemas de género y en lugar de ver una diferencia, vieron un problema. La respuesta que tuvieron fue imponerles su sistema de genero a los pueblos que invadieron y colonizaron. Pero esta imposición necesariamente transformo al sistema de genero europeo.
Cuando un sistema como este le es impuesto a otras culturas pierde y gana algunas características como parte de este proceso de imposición. El imperialismo no puede permitir que el viejo orden perdure, así que necesitan hacer su propio sistema menos flexible para que el viejo sistema no entre en él, forzando a las personas a encontrar un lugar en el nuevo. Esto cobra mayor significado al considerar la religión. Aunque el género siempre ha tenido significado religioso, la imposición de un solo sistema de genero fue hecha por y para las instituciones religiosas en una manera mucho mayor a la vista anteriormente. Los misioneros europeos impusieron el sistema de genero colonial en todo lugar al que llegaban y lo ligaban fuertemente con la moralidad religiosa. Esto contribuyo a la falta de flexibilidad al adjudicarle fervor religioso al género, del que previamente no había jugado un papel tan grande.
Esta imposición fue a costa de la gente a la que le fue impuesto. Aunque previamente, muchos pueblos originarios tenían tercer género que eran aceptado y hasta honrados, lxs que hoy en día se identifican como estos géneros son oprimidos y marginalizados. Esta imposición también sirvió para erradicar su cultura, mediante la destrucción de prácticas culturales ligadas a los sistemas de genero antiguos que no se permitían bajo las prácticas culturales europeas impuestas por el colonialismo. El matrimonio europeo de las religiones cristianas se extendió por todo el planeta junto al sistema de género y transformo a las tradiciones locales.
Este también fue transformado por el auge del capitalismo. El sistema pre-colonial de genero estaba ligado íntimamente a los sistemas económicos dominantes de Europa previos al capitalismo. El matrimonio servía para forjar alianzas entre las clases altas y para obtener estabilidad en las clases bajas. El género era definido por las intrigas palaciegas o las necesidades de la faena del campo y la cuidad. Pero, con el capitalismo, este se vio más y más ligado al trabajo asalariado y el matrimonio se transformó con él. La labor reproductiva masculina fue enfocada cada vez más en trabajar para el patrón capitalista y la labor femenina a sustentar el trabajo asalariado del hombre desde la casa. Este efecto en la base material del género lo transformo, tanto en como las clases trabajan como en las características de la superestructura.
Este nuevo sistema tiene unas cuantas características que lo definen. No todas se desarrollaron a la vez, pero se han impuesto en todo el mundo. Estas son:
1. Exactamente dos géneros reconocidos por la estructura dominante: Hombre y mujer. Cualquier otro género es visto como una perversión y es rechazada y marginalizada.
2. Estos dos géneros son vistos de manera intercambiable e idéntica a tu biología y son fijados al nacer. Aunque todo sistema de genero tiene lasos con la biología, el sistema moderno los considera los equipara. Ser hombre en este sistema no esté ligado a tener un falo, tener un falo es ser hombre y ser hombre es tener un falo. El género es inamovible. No lo puedes cambiar. Si naciste como hombre o mujer, siempre serás visto de esta forma sin importar lo que pase. No hay opciones ni alternativas.
3. El matrimonio es un contrato económico entre hombre y mujer. Se espera que ambos firmen un acuerdo a ser fieles y permanecer juntos y violar este acuerdo es visto como una violación de este contrato y por lo tanto como algo malo.
4. El matrimonio es una decisión personal que se hace por amor, no por necesidad social. Ya no hay alianzas estratégicas o matrimonios arreglados, en su mayoría. El matrimonio es una elección entre las dos personas que planean casarse.
5. En este matrimonio, el hombre tiene la expectativa de proveer con dinero a la mujer y la mujer está encargada de limpiar el hogar, criar a los hijos, cocinar y hacer las compras.
No todas las características de este sistema son originales o únicas a este, pero todas han sido creadas o modificadas por la imposición que destruye la cultura y la libertad de elección del individuo.
El Patriarcado
Como se mencionó anteriormente, el género es un sistema de clase, uno definido por la dominación de la masculinidad sobre la sociedad. Es por esto que otro nombre para el sistema de clase de género es patriarcado. El género como un sistema social es el patriarcado y el patriarcado es el sistema de clase social del género. Dentro de este sistema de clase hay tres clases diferenciables, dos aceptadas y una subversiva.
Primero están los hombres. Cuando se divide el trabajo reproductivo, los hombres son los encargados de controlar este trabajo y los frutos que brinda y con realizar trabajo remunerado para mantener a lxs que participan en el trabajo reproductivo. Hay una parte donde esta participación si es directa, y es durante las relaciones sexuales, donde existe la expectativa de que tomen un papel dominante y de control. Esto sirve como la base material de la masculinidad. La superestructura es más amplia. Aquí encontramos que a los hombres se les asigna la tarea de tomar las riendas, para y a través de incrementar su fuerza en constante competencia. Dado su control sobre a las mujeres y su trabajo reproductivo, esta es la clase dominante.
Las mujeres son la clase dominada. Se les da la mayoría de las tareas en el trabajo reproductivo y aunque también está la expectativa de que participen en las relaciones sexuales, pero bajo el control del hombre. Su trabajo está controlado y limitado por los hombres y los frutos de este trabajo están a su disposición. Esto se ve reflejado en la superestructura que las rodea. Se espera que sean sumisas y pasivas, que acepten lo que les toca.
Esta dinámica de clase donde el hombre está sobre la mujer es la dinámica principal del patriarcado, pero estas no son las únicas dos clases. Vemos que algunxs se relación al trabajo reproductivo de formas distintas a como este es impuesto. Esto es el caso, especialmente, del sexo cuando se participa en este con relaciones sexuales que no encajan en las dinámicas impuestas por el patriarcado. Esto incluye a aquellxs sexualmente atraídxs a personas del mismo género (personas gays/lesbianas), a múltiples géneros (personas bisexuales/pansexuales) o a ninguno (personas asexuales). Además, las personas cuyo género es distinto al que el patriarcado les ha asignado no pueden ser clasificados de forma tan clara como las personas que aceptan su género asignado. Puede que personalmente sean hombres o mujeres, pero no son tratadxs por la sociedad de esa misma forma, son una clase social particular. Mientras que siempre es posible que todos estos grupos produzcan a la siguiente generación, estos se caracterizan por una desconexión entre el sexo y el amor de la reproducción de la siguiente generación ya su participación en las relaciones sexo y el romance no son necesarias para este.
Como esta clase se define por ser diferente a las primera dos, se le llama cuir. Las personas cuir son todxs lxs que se relacionan de forma distinta a la división del trabajo reproductivo que el patriarcado les asigna. Por estas relaciones diferentes, la gente cuir es inherentemente subversiva al sistema de clase en su totalidad y forman la clase revolucionaria bajo el patriarcado.
Lo cuir es una característica particular del sistema moderno de género. Otros sistemas de genero no tienen el mismo sistema de clases y por lo tanto tienen diferentes categorías para las personas. Es más, en lugares donde algún sistema de genero antiguo se ha sostenido, es impreciso hablar de lo cuir por defecto. Muchas personas que se identifican con generos que pertenecen a estos sistemas de genero más antiguos son cuir por virtud de la forma en que el género moderno es impuesto sobre ellxs, pero muchxs de ellxs no se describirían de esta forma en relación con las complejidades de vivir en comunidades con estos géneros.
Decirle “si” al género
Clase, clase clase. Somos controladxs y dominadxs. Divididxs y separadxs. ¿Dónde entramos en todo esto? La gente ve a la clase como algo meramente impuesto, pero hay un error en no tomar en cuenta como realmente interactuamos con ella. No solo es impuesta, somos participes activxs en ella.
Aquí podemos escuchar al análisis de, no hay premio por adivinar, Judith Butler. Los actos performativos, las pequeñas acciones que tomamos para construir una identidad y que son la clave para entender como el género funciona a nivel individual. Aquí encontramos cosas básicas como “soy mujer”, “No, no puedo jugar con eso, es para niños”, “Macho que se respeta”. Estos actos producen una identidad, tanto dentro de nosotros como dentro de otrxs. Tú te identificas como una mujer o un hombre e identificas a otrxs como mujeres o hombres al participar en estos actos.
Esto no es por voluntad propia. La violencia del sistema es inherente y, si, sistémica. Realizamos estos actos rodeadxs por la violencia del género. Pero los realizamos. El género no está satisfecho con violentarnos, con imponerse en nosotrxs. No, nos obliga a decirle que “si”.
Esto es un método de control y de reproducción. El género no es inherente, se difunde asignándonos una clase y obligando a decirle que si a esa clase. “Si, soy un hombre. Es quien soy y quien siempre he sido. No puedo escapar de esto o negarlo. Soy un hombre.” Esto no es sino una mentira que obligadxs a repetir. Pero, a fuerza de repetición, nos la creemos. El género se vuelve natural, inescapable, eterno. Deja de ser una identidad impuesta y se vuelve una parte eterna de quienes somos. Al objetar con mi con mi género, objeto con aquello que es inherentemente yo.
Este es de los mecanismos de defensa más fuertes del género; nosotros mismos. Insistimos en él y rechazamos a los que divergen. Se vuelve un acto profano para aquellxs que se desvían de la vereda. Tanto así que parece que no hay otra opción. Decimos que si porque es lo único que somos capaces de decir. Se vuelve inconcebible que exista otro camino.
Comunismo
El movimiento comunista
Pero ahora, es momento de hablar sobre comunismo para entender como el género se relaciona con el resto de la sociedad. Para eso, hay que saber que es el comunismo.
“Nosotros llamamos comunismo al movimiento real que abole y supera el estado actual de las cosas. Las condiciones de este movimiento se desprenden de las premisas actualmente existentes.”
Karl Marx, La ideología alemana
El comunismo concebido de esta manera es un movimiento contra el orden social actual, uno que busca la liberación de lxs oprimidxs. Esto no debería de verse como un ideal que quisiéramos alcanzar, sino un movimiento real y activo que existe en el presente. No hay comunismo en planes futuros, sino en sabotear nuestro lugar de trabajo, una esposa que escapa de su marido violento con sus hijxs, Guerrillerxs Naxalitas contra el gobierno de India, una revuelta que rechazan a la policía y saquean y queman sus ciudades, etc.
Dentro del movimiento comunista encontramos todo el trabajo importante de este día. El movimiento comunista trata sobre una idea a lo lejos sino en el comunismo inmediato que produce. Una revuelta activa contra el estatus quo es lo que esta comunizando a la sociedad inmediatamente, no unos académicos en universidad considerando al mundo desde su sillón. Simplemente declara que el cómo están las cosas tiene que para y toma acción para hacerlo.
Pero el estado en cómo están las cosas no debe ni puede ser concebido como un solo sistema de clase o un elemento de la sociedad donde vivimos. La situación actual no es el capitalismo o el género o la raza o el estado. No, es el total de la sociedad liberal y de cada sistema dentro esta misma. Y, por lo tanto, el movimiento comunista choca de manera brusca y nos da una contraposición al análisis fallido y la política del liberalismo.
El análisis liberal reduce la opresión a un número de sistemas de opresión que, aunque intersectan, están separados. Esto deja a las luchas separadas, pero aliadas. Hay un movimiento antirracista, un movimiento feminista, un movimiento de justicia social y económica, etc., pero son solo aliadxs, no un movimiento. Esto es lo que forma la teoría liberal de la interseccionalidad. Esta interseccionalidad liberalizada presenta sistemas que pueden ser o dominantes (entre lxs oprimidxs) o pasivos (entre lxs privilegiadxs), y es así como un hombre blanco gay solo podrá experimentar opresión anti-cuir y el resto de los otros sistemas son un silencia para él.
En realidad, los sistemas de opresión son mucho más que eso. No hay nadie que haya resultado ilesx por la dominación de los sistemas de clase en la sociedad liberal. Todxs, desde el capitalista más poderoso hasta el trabajador más humilde, desde el patriarca más machote hasta una chica trans sin confianza en sí misma, del administrador controlador de un asilo al esquizofrénico siendo obligado a tomar medicinas, del gentrificador blanco a la familia negra perdiendo su departamento, todxs sienten el control de estos sistemas. Nadie sale ilesx. No son sistemas de control pasivo, son un grueso totalitario y activo, una totalidad.
Esta totalidad encapsula todas las partes de la sociedad, domina a todxs los miembrxs de la sociedad y no deja alienadxs a todxs, y a todo dentro de ella. Es inescapable. La totalidad es a donde el análisis comunista, al contrario que el liberal, nos debe llevar.
Encontramos problemas similares en la concepción liberal de las políticas de identidad que ven a la opresión como algo que les sucede a identidades especificas por encima de clases. Esto transforma a la identidad en base en vez de ser la superestructura. Lo que significa es que la concepción liberal de la liberación es respetar tu identidad y tratar a tu identidad de manera justa. Pero aun haciendo esto, nuestras identidades no seguirían oprimiendo porque esto no logra resolver las condiciones que las causan. Para ellos, quitarle la dominancia a un grupo opresivo nos libera de esta opresión, volviéndonos igual a aquellxs con privilegios. Pero esto deja la totalidad intacta.
Las políticas liberales no son otra cosa que reformismo, no revolución o abolición. Las políticas comunistas nos otorgan un sendero a través del abolicionismo, no el reformismo. El género no puede ser reformado para liberarnos, debe ser abolido.
Totalidad
Cuando discutimos de bases materiales y superestructura, es importante reconocer los análisis existentes de estos sistemas. Los análisis más tradicionales de estos sistemas lo ven solo en términos de las relaciones capitalistas de producción. La base desde esta mirada es netamente posesión capitalista de las relaciones de producción. Esta relación basal es la que dicta otros sistemas de opresión dentro del orden social liberal en general. El género no es basal, es sino un aspecto de la superestructura producida por las relaciones capitalistas de producción. Pero esta mirada ignora los aspectos basales de otros sistemas de opresión. El género no es meramente una identidad. Es, fundamentalmente, una relación de producción que produce un sistema de clase. No solo eso, el género y el capitalismo no son los únicos sistemas con base. Encontramos aspectos basales en la neuronormatividad, la supremacía blanca, el estado, etc.
Sin embargo, sería un error interpretar que el que estos sistemas sean basales implica que están separados. Esto nos llevaría a enfrentarnos con los mismos problemas que los análisis liberales de la interseccionalidad crean. Cuando la producción capitalista esta en marcha, depende del trabajo reproductivo impuesto sobre las mujeres en el hogar. El valor producido por los trabajadores seria imposible sin nuevas generaciones de trabajadores siendo reproducidas y sin el apoyo que representa el trabajo reproductivo de sus parejas y el que ellos mismos realizan. De esta forma, el trabajo reproductivo es trabajo no pagado realizado para la clase capitalista al igual que es parte de un sistema de clases independiente del capitalismo.
También encontramos similitudes entre la imposición de sistemas cisheteronomativos con la imposición de la discapacidad. La gente con discapacidades, tanto en la forma de discapacidades físicas como en neurodivergencia, son socialmente definidos en términos relacionados a su capacidad de participar en trabajos normales. Cuando alguien es incapaz de trabajar para un patrón de la misma forma que otrxs trabajadorxs, esto es vuelto una discapacidad. El reflejo de esto en las relaciones de producción, la falta de participación con el trabajo que el género impone, es lo cuir. No es casualidad que ser cuir frecuentemente se concibe en términos de enfermedad mental. Materialmente son reflejos uno del otro, en diferentes partes de la base.
Esta discusión, además, no puede ignorar las relaciones de producción inherentes al estado. A fin de cuentas, el estado es trabajo. Romper una huelga, al igual que tomar tela y volverla un saco cuenta, cuenta como trabajo. Pero no todo trabajo es igual. Los policías no son trabajadores. Romper una huelga no genera valor para la clase capitalista. En lugar de eso, los policías están imponiendo la estructura de producción misma. Esta es por sí misma una relación inmensamente diferente a la que tienen los trabajadores con la producción. No están separadas, pero el trabajo del estado es un trabajo que sirve para imponer las relaciones de producción que producen los sistemas de clase. Al contrario de lo que muchas teorías del estado dirían, esto no es superestructural. Esto es basal.
Por supuesto, otros sistemas de opresión tienen elementos base que también se conectan de formas similares. Un análisis y valoración completo de las formas en las que todos estos sistemas de opresión interactúan esta fuera de los alcances de este escrito, pero no podemos olvidarlo.
Estas relaciones de producción no están separadas. Puede que funcionen de formas distintas, pero forman un sistema basal singular. La opresión no es una variedad de sistemas interactuando, pero una sola base singular y totalizadora, una totalidad. Esta base totalizadora abre el espacio para una concepción comunista de la interseccionalidad que abandona los errores del análisis liberal sin abandonar la conexión inherente entre distintas formas de opresión.
La naturaleza totalizadora de la base significa que no puedes cambiar aspectos de la base sin enfrentarte a la base en conjunto. Así, podemos encontrar que cuando pasamos de los ordenes sociales previos al actual orden social liberal, el genero se transformo para adecuarse al nuevo tipo de sociedad producida. Esto se debe a que el trabajo reproductivo esta entrelazado con todas las otras relaciones materiales. Cambiar las relaciones de producción para actividades económicas cambia la división del trabajo reproductivo. La base funciona orgánicamente como un sistema singular. Hay una base, un sistema. Esto es lo que significa que una sociedad sea una totalidad.
Comunismo de Genero
En términos sencillos, el aceleracionismo de género es usar sus propios procesos de decaimiento para destruir el sistema de clase de género. Es el abolicionismo de clase aplicado al género, una transformación revolucionaria de la sociedad para destruir al género mismo. Pero esto no se puede hacer por separado de una abolición de la sociedad actual entera. La totalidad requiere que lo veamos como es, el mismo sistema que otros sistemas de opresión.
Por lo tanto, no podemos abolir el género sin abolir todas las otras formas de clase. Para deshacernos del género, el capitalismo, la raza, la neuronormatividad y el estado deben de irse con él. Estos sistemas son uno solo. Forman un único orden social liberal al que no le podemos permitir que continúe. Nuestro objetivo no es acabar con una parte de él, sino el fin de la sociedad de clases misma.
Este es el proceso del movimiento comunista. Por lo tanto, el aceleracionismo de género es comunismo de género y como el aceleracionismo de género es el camino para abolir el género, el comunismo de género es aceleracionismo de género.
La Identidad de Género Bajo el Comunismo
Muchxs temen que, al abolir el género, nuestras propias identidades de género serán arrebatadas. Que el abolir el genero te obligara a dejar de identificarte como tu género, sin importar si este te agrade o no.
Para casos así, es ilustrativo utilizar una analogía. Para esto, hablemos un poco sobre panaderxs. Cuando alguien participa en el sistema capitalista horneando pan, es probable que forme una identidad alrededor de hornearlo. Tener un oficio en el horneas pan crea una identidad como panaderx.
Asimismo, cuando participas en el trabajo reproductivo de ciertas formas, creas ciertas identidades de género, tanto en las formas en las que te conformas al genero que se te ha asignado como en las formas en las que rechazas el genero que se te ha asignado. En ambos casos, un elemento de la base esta creando una identidad dentro de ti. Es decir, la identidad que deriva de tu posición social es superestructural.
Entonces, ¿obligaremos a la gente a dejar de identificarse con ser panaderxs o ser mujeres? La respuesta sencilla es “no, estamos concentradxs en cambiar la base y permitir que la superestructura llegue a donde tenga que llegar”, pero es necesario elaborar.
¿Qué le pasa a mi identidad como panaderx una vez que el sistema capitalista de oficios que producen identidades es abolido? Esta pregunta es mucho más interesante. Sin la imposición del trabajo característica del capitalismo, nadie que hornee pan esta obligadx a quedarse en ese trabajo. Al abandonar las causas basales de la identidad, la identidad deja de ser fija. La identidad puede seguir, por ejemplo, si te encanta hornear pan y escoger identificarte como panaderx, pero no hay una lógica de fondo para esta identidad, ni proviene de imponer las estructuras de poder que implican identificarse como panaderx hoy en día. La diferencia es que puedes participar en hornear pan sin que esto se fije en ti, sin volverte panaderx.
Es probable que, con el tiempo, la identidad de panaderx comience a desaparecer, pero hay muchos factores sociales que permiten que continúe, aunque estos perderán su peso político y social. No hay necesidad alguna de imponer el abandonamiento de la identidad de panaderx si nos deshacemos del sistema de oficios que la ha producido.
De esta forma, no hay necesidad o deseo alguno de obligar a la gente a dejar de identificarse con su género. El fin del género como sistema de poder es nuestro objetivo y el fin de las identidades de género, si es que sucede, no es ni importante ni a lo que deberíamos apuntar.
Sin Futuro
En medio de todas estas partes del estado actual de las cosas esta la necesidad de crecer continuamente. Los estados y la supremacía blanca buscan expandir sus fronteras, internas y externas, de una forma imperialista, colonial y perpetua. El capitalismo busca expansión infinita del capital. ¿Y el género? El propósito máximo que busca es la expansión continua de personas. El trabajo reproductivo esta basado en servir a un crecimiento poblacional infinito.
Este crecimiento insostenible es una característica del estado actual de las cosas y conecta todos los sistemas de opresión dentro de este. Todo tipo de comunismo debe cuestionar este deseo de expansión y crecimiento. El socialismo destruye la necesidad de crecimiento económico, el anarquismo el merecimiento del crecimiento del estado, lo cuir nos lleva a separar el amor y la atracción de la reproducción. No seremos restringidos dentro de roles que nos obligan a reproducirnos perpetuamente, no, ahora seremos libres de escoger si queremos o no.
Al destruir la necesidad de expansión y de reproducción infinita, el comunismo, cuir y en general, abole el futuro como lo conocemos. Aquí encontramos el propósito cuir más radical. A través de lo cuir nos liberamos de esta necesidad de seguir creciendo y le decimos “no” al futuro. Y con este “no” radical, podremos imaginar otros mundos.
El Ocaso del Género
Decirle “no” al genero
“No.” No todxs le dicen si al género. “Lo rechazo”. Estas personas han escogido un camino distinto, una vida distinta. “No soy.” Esto forma una identidad distinta.
Cuando te asignan la clase masculina, pero declaras firmemente lo contrario, le has dicho “no” al género. El género te dio lo que eres, pero tú le diste la espalda repugnadx. No eres un hombre, eres algo más. Algunas encuentran alivio en la femineidad, otrxs en algo distinto, pero cualquier camino que tomes, le has dicho no al género.
De la misma forma, te asignan la clase femenina, pero declaras firmemente lo contrario, le has dicho “no” al género. Al acoger la masculinidad, o algo más allá, has rechazado al género.
Cuando estas separadx de tu genero impuesto, eres transgénero.
Las Grietas en el Sistema
El sistema moderno de género es débil. Se ha puesto la soga al cuello por cómo se formó a sí mismo. Cuando el sistema moderno de genero se expandió, dejo atrás su flexibilidad para poder destruir a sistemas rivales e imponerse ante todas las culturas. Pero esto lo volvió incapaz de tomar en cuenta a muchxs. Muchxs tienen demasiada dificultad con el género que se les asigno y como no hay alternativas y el género es visto como algo inalterable, acaban siendo subversivxs para el sistema.
Aquellxs cuyo genero no corresponde al género impuesto en sus características biológicas no son parte de algo nuevo. Muchos sistemas anteriores tenían clases para casos como ellxs, como en el sistema Bugi de género. Estos sistemas multigénero tenían espacio para aquellxs que no estaban dispuestxs a aceptar el género asignado a su biología.
Pero la gente trans no se relaciona con el género así. Mientras que la gente con diferentes generos y sexos en sistemas multigénero aceptaban este mismo su papel en el sistema de clase, la gente trans lo está rechazando. El sistema moderno de genero no tiene lugar para la gente tras, somos una subversión de él. La gente trans no es transhistórica, sino una característica históricamente dependiente del sistema postcolonial de género que esta globalizado. Tampoco son una característica de todo el planeta, necesariamente. Dentro de los sistemas de género que permiten variedad, es frecuentemente impreciso llamar a la gente viviendo de acuerdo al contexto de su sistema de género “trans” debido a la forma en la que este sistema donde viven funciona. Estos sistemas de género eran menos represivos por su flexibilidad, pero eran más robustos. Y por esta robustez, combatirlos requeriría diferentes estrategias, particulares a cada uno de sus sistemas.
Incapaces o renuentes a aceptar nuestro papel en el sistema de clases de género, la gente trans es disidencia de generó, el sistema no tiene como tomarnos en cuenta. Otros sistemas eran más flexibles, más capaces de tomar a todxs quienes estén en ellos. Los sistemas multigénero brindan opciones para la gente que no es capaz de trabajar bajo el género asociado a su biología. Esto significa que más gente puede encajar dentro del sistema y darle más poder. Nuestro sistema no hace esto y es una grieta dentro de él. Nos da una razón para decir “no”
Revolución
Como se mencionó antes, la performatividad requiere que activamente aceptes la clase a la que estas asignadx por tu género. Esta es la fuerza del género, te obliga a ser cómplice en tu propia opresión, pero es también su debilidad. Como tú clase se basa, en parte, en tu propia aceptación de esta, se abre un camino a un rechazo activo. Si llega el momento en que suficientes personas rechacen el género que les ha asignado, el género no puede funcionar.
La gente trans son aquellxs que rechazan su género, que le dicen “no” al género. Este fenómeno moderno y subversivo nos abre un camino seguir. Esta es la razón por la cual la gente cuir tiene un potencial revolucionario en el centro de su ser. Si todxs dicen “no” al género y todxs dejamos de aceptarlo, el género se perderá. Vemos estrategias similares en resistencias a otros sistemas de clase. La gente pelea contra el capitalismo rehusándose a trabajar, con una huelga general contra él. De forma similar, un “no” colectivo al género rechaza el sistema de clase y nos permite dejarlo de rodillas.
Esto no tiene otro nombre mas que revolución. Una reestructuración de nuestra sociedad que permite que la gente cuir tome las riendas y la moldeemos a nuestra imagen. Este acto de abolición de clase por gente cuir, incluyendo abolir nuestra propia clase, es un atrevido ataque al género. Tomar el control de la sociedad para transformarla y eliminar de ella las clases. Esto significa que una revolución así sería una dictadura de lxs cuir.
Dictadura de lxs Cuir
Poder Cuir
Frecuentemente las personas no buscan la liberación cuir, sino la asimilación. La asimilación gay es el mainstream de los derechos LGBT, pero no es suficiente. Si todo lo que hacemos es asimilarnos, aún estamos sujetos al poder y la dominación del sistema de clase de género. No somos libres, solo ingresamos al sistema de opresión y dominación.
No solo esto, también es peligroso. La asimilación le da al género el chance de escapar de su muerte. Si el género puede asimilar a lo gay, lo lesbiano, a la gente trans y a todos los modos cuir de ser, se volverá flexible y podrá acomodar a las fuerzas que lo están llevando a su fin. Si nos asimilamos, el género podría nunca acabar.
Pero la liberación no la vamos a encontrar dentro de los contextos de los sistemas de poder que ya existen. Si nos volvemos hacia el estado, el las empresas capitalistas, el matrimonio patriarcal y llamamos a la inclusión, nunca seremos libres. Hacer esto solo de da más poder al poder del estado, el poder patriarcal, el poder capitalista. Debemos construir el poder cuir.
Esta liberación no puede llegar imponiendo identidades. No hay ningún beneficio para nuestra liberación ni para la abolición del sistema de género el evitar que la gente cuya identidad este arraigada en otros sistemas de genero o que encuentre alegría en su identidad cuir se identifique de esta forma. Como se ha venido diciendo, estamos enfocadxs en la base, no en las identidades dentro de la superestructura.
El poder cuir debe existir por separado de las instituciones actuales. Declaramos nuestra disidencia, sin pena y con orgullo. No nos unimos a sus proyectos. No participamos en sus sistemas. No incrementamos su poder. En lugar de esto, ¡debemos crear el nuestro!
Esto significa creer organizaciones e instituciones cuir. Contrapoderes al sistema patriarcal de clase. Estos nos permitirán proveer a la gente de lo que necesitan para transiciones, incluyendo reemplazo hormonal, apoyar a víctimas de abuso sexual, empoderar a mujeres fuera del sistema y más que nada dar espacios para ser diferente, para escapar del dominio del género.
Es importante que estas instituciones no reproduzcan la violencia sexual que refuerza el género. Esto es difícil, pero necesario. No podemos permitir que abusadorxs y agresorxs sexuales entren a estos espacios. El poder cuir significa seguridad de abusos y agresiones. Estas cosas refuerzan y empoderan al patriarcado y no caben en nuestros espacios.
Terror Rosa
El comportamiento patriarcal es un acto de violencia. Violencia es lo que ejerce. No podemos oponernos a él mediante pasividad y la no violencia. El poder cuir necesita violencia para destruir al género. Una campaña de terror contra aquellxs que imponen al género y contra aquellxs que previenen su muerte es necesaria para la revolución contra el género.
No encontraremos aliadxs en el estado o la clase capitalista. Lxs policías y las corporaciones son nuestrxs enemigxs, no nuestrxs aliadxs. Pride nació de una revuelta contra la policía. Solo podemos depender de nosotrxs mismxs para nuestra liberación, no en las instituciones de muerte que ya existen. Debemos destruir el género en nuestros términos, no los suyos.
Esto significa que las organizaciones e instituciones cuir que creemos para el poder cuir deben ser autodefensas militantes y armadas. Proveer un espacio fuera del patriarcado no es suficiente, debemos armarnos para defender estos espacios y comenzar un ataque a las estructuras de poder que buscan imponer el género. Estas instituciones deben ser, tener o facilitar milicias o autodefensas cuir para luchar contra estas estructurad de poder.
Estas autodefensas cuir nos darán un marco en el cual protegernos de y pelear contra la agresión sexual. Las autodefensas cuir nos darán protección y justicia que el estado le niega a mujeres y gente cuir. Esto aplica especialmente a lxs más vulnerables entre nosotrxs. Cuando trabajadorxs sexuales acuden a la policía y el estado por agresión sexual, están en riesgo de volver a ser agredidxs. Las autodefensas deben proveer formas de lidiar con esto.
Esto también le otorga a la gente cuir una forma de luchar contra el misgendering o malnombrado, el uso de pronombres equivocados o nombres incorrectos. El uso constante de estas y otras técnicas de acoso son una forma de violencia contra la gente cuir. Su presencia constante frecuentemente lleva a autolesiones y hasta a suicidio. Por lo tanto, debemos defender a otrxs personas cuir. Ningún tipo de violencia contra gente cuir no puede quedar impune y debe mostrarse que es inaceptable. Sin embargo, debemos mantener nuestras respuestas proporcionales y consideradas. Malnombrar no justifica una muerte.
Bash Back
El género no caerá sin dar pelea; una contrarrevolución aparecerá para destruirnos. Contra el aceleracionismo de género, movimientos serán creados para defenderlo o hasta regresarlo al pasado. Históricamente, los movimientos revolucionarios se encuentran a menudo seguidos de movimientos fascistas que rechazan el llamado a nuevos mundos que buscan rejuvenecer el presente. Estos movimientos acogen a la hipermasculinidad y buscan el dominio de la sociedad por la masculinidad.
Aquí encontramos a nuestro enemigo más claro, y el nuevo fascismo reaccionara contra el aceleracionismo con contrainsurgencia y reacción. Aquí, las autodefensas cuir deberán proteger a la revolución de la avanzada reaccionaria. El conflicto será inevitablemente sangriento. Y pelearemos en las calles si es necesario para acabar con esta reacción y asegurar la victoria.
Estos nuevos movimientos no serán los únicos oponentes. Las fuerzas del liberalismo defienden el estado actual de las cosas y nos verán como una amenaza de la misma manera que los fascistas lo harán y su represión será igual de brutal. La policía se opondrá a nosotrxs con la fuerza y tendremos que defender lo que hemos ganado, proteger la revolución y avanzar hasta la victoria.
Victoria a Toda Costa
No podemos detenernos a la mitad o aceptar la derrota. El género significa la dominación de todxs y violencia continua contra mujeres y gente cuir. No podemos permitir nuestra derrota y nuestros ojos deben permanecer fijos en la victoria. Esto no es una elección, es una necesidad.
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