Bosquejos de una criminalización expansiva: El Estado progresista y la guerra contrainsurgente.

“La democracia es una contradicción de términos, una mentira y, de hecho, pura hipocresía… Esto se aplica a todas las formas de gobierno. La libertad política es una farsa y la peor esclavitud posible; tal libertad ficticia es la peor esclavitud. También lo es la igualdad política: por esto es que la democracia debe ser despedazada al igual que cualquier otra forma de gobierno. No se puede mantener esta forma hipócrita. Su contradicción inherente debe ser expuesta a la luz del día; o significa verdadera esclavitud, lo que implica un despotismo abierto; o significa libertad e igualdad reales, lo que implica comunismo”.

Friedrich Engels, Progress of Social Reform on the Continent, The New Moral World, 4 de abril de 1843.- Friedrich Engels, Progress of Social Reform on the Continent, The New Moral World, 4 de abril de 1843.

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Vivimos de la conmemoración como militancia; como forma de mantener activa una memoria que se re-significa y acontece en el día a día. No se trata de una práctica escatológica, o de romantizar figuras al punto de convertirlas en íconos e ídolos. Se trata de reconocer en otrxs una historia marcada por resistencias y contraofensivas, de repliegue y despliegue. De evocar, a través del homenaje, con ideologías, hitos, historias, que traspasan las barreras de la individualidad, y que nos llevan al encuentro en ensayos transitorios de comunidad.

Los días como el de ayer no son sólo para conmemorar simbólicamente, sino para recordar la facilidad con la que logran apagar nuestros intentos de construir nuevos mundos posibles. Y la necesidad de, mediante organización y estrategias, poder fortalecernos para que sus intentos de apagarse sean infructíferos. Y es que la amenaza del terror continua sobre nosotros, no como un recuerdo del pasado, sino que como una memoria que revive en cada nuevo crimen, en cada estudiante secundario detenido, en cada mapuche acribillado, en cada compañerx que se ve decididx al suicidio, por la desesperanza de esta vida de miserias.

Las disculpas del soberano, sus promesas de conciliación y justicia no pueden resultarnos más que una macabra burla, cuando los actos que condena hacia el pasado se repiten en el presente en perfecta continuidad. Ya sea en democracia o no, el terrorismo estatal y la violencia criminal de privados resultan asimilados en el orden democrático imperante. El común curso de las cosas presupone el más amplio abanico de técnicas represivas en nuestra contra, las cuales solo distan a las de medio siglo atrás en lo que respecta al refinamiento de su aparataje político-legal y sobre todo de su capacidad militar. Así se ha esforzado por demostrar el actual gobierno de Boric del que a día del presente texto cumple más de dos años en el cargo. La intenciones que motivan nuestras palabras no son las de lamentar las fechorías del pasado, —de eso ya se ha hecho mucho—, sino más bien apuntar la insistencia de estas en el presente.

Este es un presente que se proyecta forzosamente a perpetuidad, al mismo tiempo que las condiciones que hacen posible que las cosas estén como están se vuelvan cada día menos posibles. Lo que a nuestra consideración es ya un hecho, es que la idea de que el actual estado de las cosas pueda ser sostenido por tiempo indefinido, resulta tan catastrófica como la misma posibilidad del fin de todo, hasta el punto de sernos extremadamente angustiosa.

Esto no se trata de un pesimismo por la vida, sino que es el resultado del reconocimiento reflexivo respecto de las condiciones actuales de nuestra existencia. Independiente de que esta pueda haberse visto alterada y trastocada, ya sea por la aun reciente noticia del asesinato del compañero Alonso Verdejo[1]; el acribillamiento de un peñi mapuche hace escasas horas durante un operativo conjunto de PDI, carabineros y militares[2]; o por la brutal represión a estudiantes secundarios en el día de ayer a manos de la defensa profesional del Estado… Estos hitos de barbarie no hacen más que volver a confirmar lo que para mucho de nosotros viene siendo una verdad tangible: la responsabilidad criminal del progresismo en la incentivación y consagración de un contexto de violencia cotidiana y necrófila, y una paranoia conservadora generalizada que imbuye a las distintas capas de la sociedad, situación de la cual solo puede resultar la perpetuación y profundización del estado presente del terror, un terror que como hemos insistido no deja de serlo pese se encuentre vestido de las aterciopeladas sedas del progreso y la democracia.

Son estos casos recién enumerados, así como los que de aquí en adelante nos detendremos los que demuestran un continuum entre dictadura y democracia. Los mecanismos represivos que caracterizaron a la dictadura militar permanecen contenidos en el régimen democrático actual, desde la década de los 90 en adelante estos han operado sin interrupción alguna contra un enemigo interno representado en la imagen multiforme de quienes componen la población residual de la sociedad espectacular-mercantil: humanidades defectuosas, lumpenproletarizadas y racializadas, de excluidxs de los circuitos de valorización del capital. Los aparatos represivos movilizados al interior de los territorios que estos habitan para su persecución y exterminio, son necesarias políticas de seguridad que componen las funciones de todo Estado, para el cumplimiento de su objetivo primordial: sostener las condiciones generales que permiten la continuación de los procesos de valorización del capital. “El progreso de la democracia va de la mano con el fortalecimiento del Estado, y el liberalismo engendra su opuesto”[3].

La existencia de un Estado es indispensable para el Capital, así por tanto, poco importa quién esté en el poder y mucho menos importará que diga gobernar junto al “pueblo”, el Estado no deja de ser capitalista[4], lo que en consecuencia significa que independiente de la forma del Estado este no dejará de arrastrarnos a una guerra interna donde el enemigo somos nosotrxs. Esta situación, por lo demás ha sido admitida en más de una ocasión por quiénes nos gobiernan durante extraños lapsus de honestidad, no olvidemos las palabras del recientemente canonizado Sebastián Piñera. El proceso de auto-consciencia sobre nuestra participación obligada en esta guerra en curso entre el Estado-Capital y nosotrxs, resulta la línea divisoria entre el estado de pasividad de los cuerpos y el dinamismo desde el cual es posible pensar la contraofensiva.

a. Risueño.

El caso del compañero Alonso Verdejo, de 27 años, nos marca profundamente, porque sucedió precisamente en el contexto de la Romería, que, como cada año, se realiza en las vísperas de las oscuras conmemoraciones del 11 de septiembre. Mientras unxs marchaban por la conmemoración de quienes fueron asesinados, otrxs “contramarcharon” para dar muerte. Para extender el listado de asesinados dentro de la dictadura del capital, que suelen llamar democracia. No queremos decir que un asesinato político e ideológico dependa del contexto histórico en el que se da: todos son causados por la misma exacerbación de la violencia necrófila, y por el culto a la muerte como reincorporación de una tanatopolítica a las filas del neo-fascismo. Pero, sin duda hay un simbolismo que hace más potente el mensaje de la escoria paramilitar del capital, cuando el asesinato se ejerce precisamente en un contexto de conmemoración. No nos dejarán vivir en paz, y están dispuestos a todo por exterminarnos.

Esto no hace más que enrostrarnos que, para la burguesía, el empresariado y las clases hegemónicas, no somos más que una Nuda vida: un cuerpo biológico, con funciones automáticas legadas de nuestra naturaleza humana, sin valor, sin ninguna importancia más que como sólo cuerpos. Una vida que puede ser arrebatada en complicidad colectiva de quienes nos la arrebatan lentamente cada día.

Este, y muchos otros contextos de criminalización, represión, e instauración de estados policiales como la norma, son una de las muchas pruebas que hemos visto en los últimos años de que, como dice la consigna, al progresismo no le incomoda la miseria, sólo quiere gestionarla. Gestionarla para asegurar la estabilidad de un modelo económico que, precisamente, acomoda a los mismos de siempre y des-acomoda a quienes somos arrojadxs a los residuos de este mundo invertido.

Ante una marcha fúnebre y conmemorativa, hubo contramarchas psicópatas y de olvido. El olvido de que, hace 51 años, se desató una ola de terrorismo de estado en contra de quienes, al igual que nosotrxs, descubrieron otras formas de vida, de trabajo, de socialización, y estuvieron dispuestos a dar la pelea.
Una pelea que, hoy en día, sigue su curso.

“Y, hoy, enciendo, encendemos mil hogueras, me amotino, nos amotinamos mil veces. Entro en huelga, construyo túneles quiméricos, y mañana volveré, volveremos a hacer arder tus barrotes”[5].

b. Villa Francia.

Dentro del imaginario social y popular, Luisa Toledo fue —y sigue siendo, aún después de su muerte— una identidad de encuentro y de identificación. Luisa, como es de amplio conocimiento, fue una mujer madre de los hermanos Vergara Toledo, quienes fueron asesinados por la dictadura militar chilena un 29 de marzo de 1985. Desde ese entonces, desde el desencarnado dolor de ser una madre de luto, se convirtió en una luchadora por los derechos humanos, por las muertes en el golpe militar, y por el legítimo derecho a la protesta. Una protesta violenta, en respuesta y defensa contra la violencia sistemática que ejerce la institucionalidad de la democracia al orden del capitalismo.

Para que se le tome el peso a la figura y el proceso de sacralización rebelde de la historia de la familia Vergara Toledo, cada 29 de marzo en Chile se conmemora el Día del joven combatiente, en homenaje a sus hijos asesinados. Igualmente, la muerte de Luisa, que fue un 6 de julio de 2021, ha pasado a ser parte de esas conmemoraciones militantes, de esos momentos en que la rabia constante se acentúa. Y es que reivindicar toda una vida de posicionamiento directo, sin medios tintes, sin permitirse una derrota definitiva hasta la muerte, es sin duda algo que remueve afectos y potencias.

Hace dos meses, el 6 de julio de 2024, ad portas de la conmemoración de su muerte, se desplegaron en puntos estratégicos de Santiago distintos operativos por parte de la gubernamentalidad progresista de Boric, y su aparataje institucional de criminalización y expansión de las lógicas securitarias. Esto llevó a un brutal allanamiento a puntos específicos, tales como La Granja, Macul, o Maipú. Pero, de entre todos estos hitos de persecución, lo que más hondo caló fué el procedimiento de ingreso a Villa Francia (lugar en donde vivían lxs Vergara Toledo), tales como el Comedor Popular Luisa Toledo, en el Espacio Pablo Vergara, el Club de adultos mayores o la Radio Villa Francia. Estos allanamientos, que, desde el lenguaje de la democracia, buscaban reducir cualquier posibilidad de enfrentamiento violento en el contexto del aniversario, se tradujeron en pobladores detenidxs, que llevaban tiempo siendo perseguidxs, así como también en destrucción de mobiliario fundamental para que estos espacios desplegaran sus quehaceres, que consistían en la entrega regular de alimentos a personas del territorio, transmisiones radiales sobre el acontecer diario con una perspectiva crítica, en actividades solidarias en apoyo a presxs o a personas desalojadas a manos de la Ley Anti-tomas, entre otros.

El subsecretario de Prevención del Delito, Eduardo Vergaram declaraba que la finalidad de estos allanamientos era “sacar armas de circulación”.[6] Nosotrxs no queremos dar inicio a este texto señalando, cuál policías o jueces de inocencia o culpabilidad, de si las armas encontradas en esos lugares son un montaje o no, porque de partida, creemos en la empleo de la violencia revolucionaria, ya sea en resistencia u ofensiva, en un contexto de desigualdad, en donde la institucionalidad cuenta con un brazo armado cada vez más dispuesto a mostrar sus verdaderas y sangrientas intenciones, así como también encuentra en civiles verdaderos sicarios a sueldo. Igualmente, no queremos abrir un debate en donde el foco sea la presunción de inocencia o culpabilidad en el porte y manejo de armas.Nuestra intención es incentivar a la observación crítica de cómo durante este gobierno dizque de izquierda se ha actualizado la agenda securitaria y se ha profundizado en un marco legal y punitivo que profundiza la criminalización a la protesta y a la desigualdad, así como también despliega mayores facultades a la policía para arremeter contra nosotrxs —como sucede con la Ley Naín-Retamal, también llamada “Gatillo fácil”, ya que faculta a la policía de “legítima defensa privilegiada”, pudiendo hacer uso de armas de fuego en cualquier contexto durante el ejercicio de su rol de protección de la propiedad privada y la paz del Capital.

Resulta curioso ver los balances anuales de este gobierno, hasta ahora mucho más efectivo en apaciguar y exterminar las posibilidades insurgencia que el anterior gobierno, ya que, incluso durante sólo el primer año del gobierno de Gabriel Boric, se aprobaron 33 leyes en temas de seguridad, entre las que se pueden enumerar, principalmente:

1-Ley de Seguridad Privada: Esta ley regula la industria de la seguridad privada, que mueve alrededor de 500 millones de dólares en Chile. La ley estandariza el rol de las empresas de seguridad privada y busca complementar el trabajo de las policías, actualizando las capacitaciones y procedimientos, y estableciendo sanciones proporcionales para infracciones​ (CNN Chile)​.

2- Ley 21.560 (Ley Nain Retamal): Fortalece y protege el ejercicio de la función policial y de Gendarmería en Chile​ (http://www.interior.gov.cl/)​. Desde su promulgación han habido decenas de, como le llaman, “errónea aplicación de la ley”, lo que ha significado que Carabineros, haciendo uso de su derecho a “la defensa” y a la utilización de armas de fuego – violencia ofensiva institucionalizada – a golpeado, disparado y asesinado, siendo, la mayoría de las veces, absueltos por estos “errores”, que quedan en total impunidad.

3- Ley 21.555: Refuerza las competencias de Gendarmería y crea el delito de extorsión​ (http://www.interior.gov.cl/)​.

4- Ley Anti-Tomas: Esta ley tiene como objetivo principal regular las ocupaciones ilegales de inmuebles, imponiendo sanciones más severas para el delito de usurpación. Entre las modificaciones destacan la introducción de penas privativas de libertad, la ampliación del período de flagrancia, y la facilitación de la detención de los ocupantes. Para junio de 2024 se registraban más de 50 órdenes de desalojo pendientes, sin tomar en consideración a las tomas que ya se encontraban en proceso de desalojo, dejando a centenares de familia en las calles en pleno invierno.

5- Ley Anti-Barricadas (dentro de la Ley 21.208, que sanciona a las acciones que impidan la libre circulación): Aumenta las penas para quienes instalen barricadas, participen en saqueos (ley antisaqueos) o lancen objetos a personas o vehículos durante manifestaciones. Esta ley modifica el Código Penal chileno en varios artículos:

Penaliza severamente la obstrucción del libre tránsito mediante intimidación, amenaza de violencia o uso de objetos.
Establece penas más altas para disturbios que afecten la tranquilidad pública.
Incrementa las sanciones para delitos cometidos durante situaciones de calamidad o alteración del orden público​
6- Ley 21.587- conocida como Anti-Stickers (impulsada, en parte, por el senador del Parido Socialista Juan Pablo Letelier): Esta legislación se enfoca en sancionar la adhesión de stickers y carteles en lugares públicos y privados sin autorización. Esta práctica, común en protestas y manifestaciones, se penaliza con el objetivo de mantener el orden y la limpieza en los espacios públicos, además de proteger la propiedad privada.

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Todas estas leyes, curiosamente, fueron creadas, legisladas y aprobadas luego de un periodo de revuelta que tuvo al 18 de octubre de 2019 su generalización a lo largo de todos los territorios. Con esto, podemos dar cuenta de que la institucionalidad ha hecho uso del marco legal para poder asegurar la estabilidad de su propio modelo económico y de producción, penalizando otras formas de habitar en la metrópolis que no correspondan con el régimen de trabajo y consumo. La interrupción de este doble ritmo simultáneo ha sido sancionada con penas que van desde multas hasta presidio menor o medio (es decir, pasar tiempo en la cárcel), así como la inversión en la protección de la llamada infraestructura crítica. El estado progresista ha invertido miles de millones de dólares en actualizar y tecnologizar la agenda securitaria. El 6 de abril , Boric anunció un aumento al presupuesto público destinado a seguridad de 1500 millones de dólares anuales. Nuestros impuestos, aquellos que nos extraen sin siquiera preguntar, destinados para vigilarnos y someternos. Habiendo una crisis generalizada por el alza de los servicios básicos, una crisis casi perpetua en la salud pública, riesgos en las aulas, poblaciones precarizadas lanzadas al despojo total y a la supervivencia barbárica, deciden invertir 1.500 millones de pesos en reprimirnos.

Lejos de las promesas electorales de este gobierno —que en la práctica terminaron por aplicar casi en su totalidad el programa de la derecha—, el debate sobre la situación de las cárceles terminó por restituirlas y plantear el encarcelamiento como solución ante delitos que, antes, no eran delitos. Así como con penas tan extensas que son en la práctica perpetuas, con esto resaltamos la condena de ¡86 años! a Francisco Solar y como este, ilustra perfectamente la reactualización del aparataje político-legal del Estado en su defensa contra las amenazas al Capital. Colocando penas ejemplares contra delitos realizados contra la propiedad privada y las fuerzas del orden. En vez de indagar en las causas de la necesidad de una justicia privativa de libertad, se amplían las acciones que se criminalizan, y en un contexto de revueltas, instalan un régimen prohibitivo y censurador.

Lejos de sus promesas electorales, las dificultades para el acceso a la vivienda, ya sea por los lobby inmobiliarios, por los bajos sueldos, por las altas tasas de cesantía, se criminalizó el hecho de las tomas de terreno, que durante décadas fueron la base de los asentamientos en Santiago como resultado de la migración campo-ciudad. ¿Cuántxs de nosotrxs no vivimos en villas y poblaciones que hace algunas décadas eran tomas de terreno? Esto sucedía porque, ante una crisis de vivienda, las personas buscaban salir de la urgencia de acceder a un bien básico como es una vivienda propia en la cual poder resguardarse. La respuesta de la gubernamentalidad progresista ha sido aliarse con las inmobiliarias y con los dueños de terrenos desocupados, y defender sus intereses, siendo capaces de lanzar a centenares de personas al despojo de las calles en pleno invierno – que es lo que sucedió este invierno con la toma 17 de mayo, de Cerro Navia.

Lejos de sus promesas electorales que acusaban la práctica de pituto dentro de la política tradicional y levantaban la consigna de “No más pituto”, para romper con la costumbre en la que la presidencia designaba a familiares y amistades a cargos relevantes para la gubernamentalidad, el día de hoy se hizo visible que el recientemente nombrado representante de Chile en la OCD, Diego Vela, es ex presidente de RD y amigo del presidente, que ha sido acusado de prácticas de amiguismo.

La defensa de las empresas, inmobiliarias, terratenientes modernos, la instauración de criminalización a distintas acciones, las potestades asesinas que se le entregan a la policía (y que ya han cobrado la vida de pobladores, como podemos apreciar en el documental Gatillo fácil, en el que se se cuenta la historia de dos jóvenes de la Juan Antonio Ríos que fueron asesinados por la policía el año 2023 ), son distintos precedentes que le entregan más argumentos a que la democracia hoy en día es la defensa del Capital. La preocupación que ha instalado la izquierda del capital por generar más y más decretos que aseguran la estabilidad del modelo económico es una muestra más de que nuestras vidas no les importan, nuestras necesidades tampoco, en tanto seamos capaces de serles útiles para fines puntuales: votar cada cuatro años, trabajar, comprar.

“La seguridad de los chilenos y chilenas ha sido una prioridad desde el primer día, y más que palabras, esto se ha expresado en medidas concretas que a la fecha ya nos han posicionado como el Gobierno con mayor cantidad de proyectos aprobados en esta materia.”[7] Desde el gobierno de Aylwin, este gobierno es el que más atención ha puesto en asegurar el ritmo de la capital del Capital, en donde la capital ya no es Santiago, sino todo el territorio. 18 millones aproximadamente de personas que se encuentran supeditadas a una enmaraña de documentos legales para regir milimétricamente cada aspecto de nuestras vidas. 18 millones de personas que hemos sido arrojadas a la nuda vida de esta democracia represiva, criminalizadora, que ha perfeccionado y tecnologizado milimétricamente su agenda securitaria, construyendo un marco constitucional que busca asegurar la paz de la burguesía, esa misma que sostiene el flujo de las ciudades del capital.

Hay un punto del progresismo que nos parece que, afectivamente, es tremendamente desgarrador, y es su doble cara y su profesionalización del, en buen chileno, “darse vuelta la chaqueta”. Muchos memes circulan sobre todas las consignas y disputas de nuestro despreciable presidente en su época de diputado o de figurita universitaria, en donde usaba poleras de “NO + TPP11”, mostrando se supuestamente contrario a este tratado internacional de comercio globalizado. Tweets que compartía con posturas que defendía hasta antes de su ascenso al poder presidencial, y que, una vez en este escaño, renegó. Ya decíamos varixs que ninguna autoridad es de confiar, y que el supuesto triunfo contra el fascismo era sólo el ascenso del mismo en una faceta mucho más peligrosa, porque aparece camuflado.

Del “NO+TPP1” al “NO, MÁSTPP11” no sólo hay un cambio en la interpretación de una consigna. Hay una práctica política hipócrita que demuestra la capacidad de las autoridades de sacrificar a todo el mundo con tal de sostener un modelo político y económico que se les cae a pedazos, y que intentan defender con uñas y dientes. Es por esto que el principal interés legislativo en este momento de repliegue ha sido agudizar las leyes anti-protestas. Para asegurar la instalación de un estado de excepción en caso de que el repliegue se convierta eventualmente en una revuelta pre-revolucionaria. El progresismo está sentando las bases de la muerte de cualquier movimiento revolucionario. Cómplices son todxs quienes defienden al gobierno actual y sostienen que el progresismo es la mejor salida. ¿La mejor salida para qué, les preguntamos?

Hace unos días fue reincorporado a carabineros Sebastián Zamora, sujeto que hasta hace unos meses estaba siendo procesado por homicidio frustrado, ya que en el contexto del 18O lanzó a un joven por el puente Pio Nono, y cayó al Río Mapocho, siendo auxiliado por manifestantes y brigadas de primeros auxilios. El video del incidente es conocido, pero hay algunas imágenes que la fiscal del caso no liberó para conocimiento público. Quienes vimos el video vemos cómo empuja al joven, pero esa obviedad necrofílica que para nosotrxs es tan evidente, para la legalidad es una interpretación que pueden desestimar en pos de reivindicar el honor de un miembro de una institución corrupta, que cuenta con varios asesinatos a lo largo de su historia, al igual como sucede con la institución del “glorioso” ejército.

Más allá de caer en posturas iluminadas que sostienen el “se los dijimos”, esperamos que podamos educarnos colectivamente para que nunca más el progresismo “de izquierda”, siga vendiendo humos con tendencias revolucionarias, cuando en realidad su único fin es gestionar el desastre para que la caída sea mínima para ellos y para quienes ostentan el poder, optando por abandonar a quienes ilusamente creyeron que estas figuritas serían sus salvadores. No podemos seguir dándonos el lujo de ser inocentes y seguir delegando la administración de toda esfera de nuestras vidas a quienes sólo nos ven como mano de obra, fuerza de trabajo, nuda vida.

El progresismo se ha vuelto sumamente peligroso por su capacidad de mimetizarse, escabullirse y pretender, adoptando consignas, absorbiéndolas, y modificándose bajo su propio dialecto. Consignas de las disidencias sexo-género, de la crisis medioambiental, de la inclusión de etnias en la vida política y laboral… Todos estos han sido intentos exitosos por tomar las demandas sociales, y aparentar estar de nuestro lado, cuando sólo han sacado ventaja con falsos amiguismos y posturas tibias que luego se utilizan en el imaginario público para sostener que Boric es de izquierda, que quiere nuestro bienestar. Consignas que pudieron devenir en revolucionarias pero que se convirtieron en eslóganes identitarios fácilmente.

Necesitamos esclarecer y re-definir qué es la izquierda —o las izquierdas— para no volver a caer en las fantasías fascistas que se nos despliegan bajo caretas amigables que terminan siendo nuestros propios verdugos. Mientras tanto, seguiremos observando con impotencia y rencor las consecuencias de nuestra propia inocencia, de nuestra incapacidad de vislumbrar un presente y futuro lejos de las garras del Capital y el Estado. Seguiremos siendo víctimas de procesos de docilización y silenciamiento. Aunque el fascista se vista de izquierda, fascista se queda.

“El miserable del presidente de la república dijo que estábamos en una guerra con un enemigo tremendamente poderoso, nosotros somos tremendamente poderoso, por qué, porque ustedes tienen lo único más importante en una guerra, el coraje, eso es lo más importante, ustedes tienen todo el coraje del mundo, pero hay que estudiar, hay que pensar, hay que organizarse, compañeros por favor, hay que organizarse bien, dar bien los pasos, engañarlos, dar alguna vez un pencazo fuerte a uno de ellos, no moretoncito por aquí o por allá, no compañero estamos en una guerra ellos dijeron, asumamos eso, esto no es un juego, no es un salir a tirar piedras, aquí se nos va la vida, como se le fue al Aníbal, como se le fue mi Rafael, a mi Eduardo y a mi Pablo, se le fue la vida a todos los que salieron a la revuelta y fueron asesinados por estos cobardes, porque este gobierno a hecho a esta policía más cobarde que nunca, porque nació cobarde, pero ahora son miserablemente cobarde y mentirosos, mentirosos desgraciados, ustedes son los asesinos, no los chiquillos jóvenes, los que están ahí a la vuelta, escondidos, esos son los asesinos, no los jóvenes, no ustedes, no nosotros”.

Palabras de Luisa Toledo en el funeral de Aníbal Villaroel, 2020.

Notas:

[1] Fuente: https://www.laizquierdadiario.cl/A-Alonso-Verdejo-lo-mataron-en-la-marcha-hacia-el-Cementerio-General-Es-el-segundo-crimen-amparado

[2] Fuente: https://www.resumenlatinoamericano.org/2024/09/12/nacion-mapuche-en-procedimiento-conjunto-de-fuerzas-represivas-es-asesinado-achibaldo-bastias-vidal/

[3] Fuente:

https://libcom.org/article/question-state-la-guerre-sociale

[4] Como Engels expresó mucho antes que nosotros: “El Estado moderno, cualquiera que sea su forma, es una máquina esencialmente capitalista, un Estado de los capitalistas: el capitalista total ideal”. F. Engels,F. Anti‑Dühring, 1878. p. 374.

[5] Claudia Lopez. Disponible en https://web.facebook.com/watch/?v=638416276812284

[6] Fuente: https://radio.uchile.cl/2024/07/11/eduardo-vergara-sobre-allanamientos-en-villa-francia-todos-estos-procedimientos-buscan-sacar-armas-de-circulacion/

[7] Fuente: https://www.gob.cl/noticias/gobierno-logra-la-mayor-cantidad-de-proyectos-aprobados-en-seguridad/